Nimañana, más que formarse, se formaliza en el verano de 2013. Cuatro hermanos y amigos que, tras haber compartido media vida entre música, maldades y perretas en el patio del colegio, decidieron darle vida a este proyecto musical agarrándose a un puñado de composiciones. Tras un periodo de un año de conciertos, la marcha de Alberto Limiñana, uno de los miembros vitalicios, obligó a hacer un parón a la banda, que retomó su actividad en 2016. Ese año, Nimañana decide relanzar con fuerza su proyecto, con la incorporación de Alejandro Herón como bajista, completando una formación en la que también están Italo de la Guardia (batería), Ner Suárez (guitarra, teclado y coros) y Octavio Limiñana (guitarra, voz y efectos).
Tras ganarse una reputación de gran banda en directo en esta nueva etapa, en este 2018 llega Dramones de verano, el EP de estudio con el que este proyecto quiere hacer su carta de presentación. Prometen ritmos latinos, melodías pop y pinceladas de electrónica, como las que se podrán escuchar en su primer adelanto Trápala. Sin alejarse de las bases pesadas y los instrumentales progresivos, Nimañana combina estilos de lo más diferentes con respeto, pero sin reparo y siempre con el rock como nexo.
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