➢ El programador de ‘La noche más freak’ anticipa dos veladas de género con predominio de producción española: el viernes 29 y sábado 30 (22:00 horas), en Cinesa El Muelle
➢ Los cortos La increíble vacuna del Doctor Dickinson y Mi nombre es Koji y los largometrajes Ghosts of the Ozarks y Y todos arderán conforman el programa sobre de una sección que «hace tiempo que es una seña de identidad de este festival», en palabras de Palacios
➢ El crítico y autor señala el doble impacto de la pandemia en la industria ‘freak’: más producciones independientes y una mayor influencia en las temáticas
➢ «Echo en falta más presencia del cine de género en citas como los Goya: se ha producido un retroceso con respecto a lo que habíamos avanzado en los últimos años»
Las Palmas de Gran Canaria, miércoles 27 de abril de 2022.- Jesús Palacios es genio y figura, escritor con recorrido y prestigio y dueño de un conocimiento arcano sobre el género fantástico y de terror. Y también, el programador de ‘La noche más freak’, que, recalca, «es ya desde hace tiempo una seña de identidad de este festival». Palacios anticipa en este 2022 una doble presencia que, desde luego, tiene su aquel para el público freak, a falta de que en próximas ediciones «volvamos a recuperar esas maratones nocturnas que siempre han inspirado nuestra filosofía, y que, como no sabíamos qué iba a pasar, no hemos podido planear este año».
El autor también reflexiona sobre el impacto de la pandemia en el cine que tanto le gusta, provocando producciones más modestas y, sobre todo en adelante, «más películas de virus y, también, sobre cómo las sociedades y los estados han convertido en realidad las distopías». Y reivindica un mayor reconocimiento para el cine de género: «Esa tendencia de hacer más películas didácticas, sociales y hasta con un componente ideológico y político nos ha perjudicado», lamenta, «hemos retrocedido con respecto a lo que habíamos logrado, y no es justo, creo que hay espacio para todos».
El programa doble de ‘La noche más freak’
En este 2022 ‘La noche más freak tendrá un ‘programa doble’, en el sentido de que su cartel se divide en dos veladas en las salas de Cinesa El Muelle (siempre a las 22:00 horas). El plan incluye tres producciones españolas y una norteamericana, terror rural y de época, un toque vintage y mucho humor negro. No podía ser de otra manera, dadas las preferencias del propio Palacios.
El plan se estrena el viernes 29, con el corto La increíble vacuna del Doctor Dickinson, «que tienen mucho que ver con estos tiempos de pandemia: una mirada bastante sardónica de Alex Rey sobre el impacto de la Covid», precisa el programador de la sección. «Alex ha hecho todo: es un corto de animación en el que le pone hasta las voces de los personajes. Tiene un humor muy típico nuestro, muy Muchachada Nui, creo que está muy bien».
A continuación, se proyecta el segundo largo de Matt Glass y Jordan Wayne Long, Ghosts of the Ozarks, un título que se muestra por primera vez en España en el marco del Festival. Realizadores que, apunta Palacios, son «exponentes del cine independiente del cine americano de terror actual. Un cine independiente de verdad, en este caso no es una etiqueta».
Sobre el film en sí, que discurre en las Ozarks, una cadena montañosa de los Apalaches, adelanta que «transcurre en la América más profunda, en lo que podríamos definir como lo que ahora se llama un Weird Western. Una historia de fantasmas en una ambientación del Oeste, a mediados del Siglo XIX, en una comunidad completamente aislada. Viven en paz, pero también porque esconden un secreto muy extraño y peligroso». Sin querer desvelar mucho, sí que anima a prestar atención a «un momento fantástico a mitad de la película, en el que los protagonistas se marcan un solo musical absolutamente impresionante».
Para el sábado 30 se ha programado el cortometraje Mi nombre es Koji, de David Muñoz. Esto es, «un homenaje a Mazinger Z. Una mirada muy cariñosa a la serie original, y con un humor muy chusco pero muy divertido».
Y todos arderán cierra el programa: el segundo film de David Hebrero. «Ha pasado por Sitges o Isla Calavera: una auténtica frikada de altura», lo define Palacios. «Es surrealista y extraño, una especie de David Lynch en un pueblo leonés aislado de todos y de todo. Al principio se puede aproximar al concepto de la serie 30 monedas de Álex de la Iglesia, pero inmediatamente busca su propio camino, de forma peculiar y con mucho humor negro». Además, añade, «también tiene a Macarena Gómez en el papel protagonista, que está magistral, haciendo un personaje histérico que creo que hará historia. Para mí sería el Goya de interpretación de este año: eso sí, el Goya de sus pinturas más oscuras».
Un festival con sabor freak
Jesús Palacios confía en que «poco a poco podamos ir a la vieja fórmula, a las maratones. «Este año, de momento», hace notar, «el festival tiene un símbolo muy freak flotando en todo momento, que es Nosferatu. La primera película cumple cien años, pero eso para un vampiro no es nada… También está el ciclo de Lucile Hadzihalilovic. Dentro de ese contexto seguimos teniendo nuestro hueco especialmente freak, que también es una de las señas de identidad desde el principio de este festival».
El «terror rural»
En una reflexión más amplia sobre el género y su momento actual, Palacios conviene en que «sí que hay una corriente actual de terror rural, en contraste con el entorno urbano. Algo que siempre nos da mucho miedo a los que somos urbanitas. También este cine rural es más accesible para la producción independiente, desde el punto de vista pragmático. Por otro lado, también creo que esto nos dice algo del estado actual de la sociedad, la amenaza que vemos consciente o conscientemente en ese mundo que se está extinguiendo».
El impacto de la pandemia
Cuestionado sobre el impacto de la Covid en el cine de género, Jesús Palacios comenta que «siempre se está cambiando en la manera de hacer las cosas, en general: aunque es cierto que la pandemia ha impactado en un doble prisma, por un lado a la hora de concentrarse en producciones más pequeñas, casi caseras. Y luego, desde otro punto de vista, también está influyendo en las narraciones. Nos hemos quedado asombrados de que esas películas de los ochenta y noventa, o incluso títulos más recientes como Contagio (Steven Soderbergh, 2011), han pasado en nuestro videoclub figurado de la sección de fantástico y terror a la de drama y realidad.
Y eso que la crisis sanitaria «todavía no ha impactado de forma tan evidente. Pero está empezando a pasar. Vamos a ver bastantes películas sobre virus y pandemias, y también sobre cómo han reaccionado la sociedad y los estados haciendo realidad las distopías. Vamos a ver bastante cine fantástico y de terror con ese toque. Lo que está por ver es», se cuestiona el escritor, «si se podrán recuperar los niveles de producción de la pandemia. Y también en las producciones realizadas directamente para las plataformas, con lo que eso conlleva a la hora de crear historias más extensas».
La reivindicación del género
«Me gustaría hacer notar la ausencia de cine fantástico y de género en premios tan importantes como los Goya», recalcó el autor, en una vindicación de las producciones de género. «Esa tendencia a potenciar un cine social, que lanza mensajes más o menos claros sobre cómo deberían ser las cosas, está influyendo también para que se haga menos cine de género. Creo que hay espacio para todo: el buen estado de salud de una cinematografía nacional no se manifiesta o se define sólo con un tipo de cine. Hace falta que existan otras películas»
En este punto, Palacios admite que «sí es verdad que tenemos gente que están haciendo muchos esfuerzos para sacar sus obras, que por otra parte también abordan cuestiones importantes, aunque desde la perspectiva freak y con mucho sentido del humor». Pero recalca que «ha habido un cierto retroceso con respecto a lo habíamos ido ganando en este sentido».
«El cine fantástico y de terror», añade el autor de libros como Psychokillers, (1998), Nosotros los vampiros (2002) o Hollywood maldito (2014), «provoca que el espectador reflexione e interprete el cine, sin decirle lo que está bien o que «esto es lo que hay que hacer». El cine fantástico se caracteriza por la libertad que da al espectador para interpretar lo que está pasando en la pantalla. En este sentido, también aprovecho para reivindicar el cine de puro entretenimiento, el cine escapista: no todo tiene que ser necesariamente trascendente, sobre la condición humana. También tenemos derecho a escapar de ella. Yo necesito este tipo de cine tanto como respirar».
Palacios ahonda en que «hay un auge del cine sobre temas que parecen preocupar a todo el mundo. Y se nota en todo, también en las películas de superhéroes o de terror. En Hollywood», observa, «lo que ocurre es que siguen haciendo más cine de género como hacen más cine de todo, en general. Pero cuanto más pequeño es el nivel de la industria del cine en un país y cuánto más pequeña es la tradición, más sufren otros tipos de cine. Ese creo que es el caso de lo que está ocurriendo en España. Justo cuando se estaba implantando en nuestra producción cinematográfica», se lamenta, «ha venido esta tendencia, sobre un cine más humano, social o político incluso, que creo que nos ha perjudicado. Las producciones de acción, policíacas, de terror o fantasía se están quedando en un segundo o tercer plano frente a ese cine social, ideológico, que no es que no se deba hacer, ni mucho menos. Insisto en que debería haber espacio para todos».
Nosferatu, el libro del centenario
Jesús Palacios acumula una extensa trayectoria con autor literario, firmando cerca de una veintena de obras que abordan temáticas relacionadas con lo fantástico, el terror o el cine de género. Especialista reconocido y freak reconocible para el aficionado, acaba de publicar su última obra, Nosferatu, el libro del centenario (Notorious, 2022). Precisamente sobre un icono bien presente en los carteles del Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria 2022.
El autor aborda la película original de F.W. Murnau para extenderse en un análisis prolijo sobre el film centenario y su leyenda negra, sus entresijos, sus reminiscencias y las influencias que ha dejado como legado.
El Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, organizado por el área de Cultura del Ayuntamiento de la capital grancanaria, a través de Promoción de la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, cuenta con ayudas públicas del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) y del programa para la internacionalización de la cultura española, PICE Visitantes, de Acción Cultural Española (AC/E).
Entre los aliados destacados del certamen se encuentran Cinesa El Muelle, Centro Comercial El Muelle, Hotel Cristina by Tigotan, Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología o Casa África, espacios que también funcionan como sedes o acogen actividades de la cita cinematográfica; además de otras instituciones y entidades como Sagulpa, Audiovisuales Canarias, Music Library & SFX o el International Bach Festival. Asimismo, su mercado, MECAS, es posible gracias al patrocinio de la Gran Canaria Film Commission-Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria y al apoyo de Canary Islands Film y Proexca.
La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la Universidad del Atlántico Medio, el Clúster Audiovisual de Canarias, la Asociación de Cineastas de Canarias Microclima, la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) y Repeople son entidades colaboradoras.
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