- “La figura del asesino en serie ya está muy sobada en Hollywood: por eso programamos Psycho Raman, mucho más efectiva y que nos demuestra que hay otras maneras de abordar el género”
- “El Galdós tiene un encanto gótico fantástico para esta noche de cine golfo”
- “Con esta programación intentamos buscar las señas de identidad más comprometidas del género”
Las Palmas de Gran Canaria, jueves 6 de abril de 2017. La noche más freak es uno de los hitos de cada edición del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria: una noche golfa de proyecciones de cine fantástico y de terror que, como subraya su coordinador y padre espiritual, el escritor y crítico Jesús Palacios, “intenta situarse en los márgenes del cine convencional, en los extremos, para demostrarnos que también hay otras maneras de abordar el género”.
En esta edición, la número 17 del certamen, la cita será en el Teatro Pérez Galdós, este viernes, 7 de abril, a partir de las 23:15 horas. Palacios recalca que esta larga e intensa velada de cine freak “sigue respondiendo a la filosofía que la preside desde sus inicios, acorde al espíritu general del certamen”, si bien matiza que “si otras noches han sido dedicadas terror más canónico, en esta ocasión nos hemos inclinado por un cine más fantástico y de lo extraño. Un cine que podríamos decir muy instersticial, en el que percibimos lo terrífico cuando aparece a través de elementos muy cotidianos”.
Tres largos y tres cortometrajes componen el programa de La noche más freak 2017. Las películas de larga duración propuestas en esta ocasión son Córki dancingu / The Lure (Agnieszka Smoczynska, Polonia, 2016), The Eyes of My Mother (Nicolas Pesce, EE.UU., 2016) y Psycho Raman /Ragman Raghav 2.0 (Anurag Kashyap, India, 2016). Todas ellos, títulos de última generación, cuyo fondo repasa el propio programador de la noche golfa.
“The Lure sitúa a dos sirenas caníbales se sitúan en los ambientes de Varsovia de los años ochenta muy realista. Y The Eyes of my Morther, que es americana pero está rodada en Portugal, parte de una situación muy intimista, que va por unos derroteros que acaban siendo muy inquietantes y terroríficos. Psycho Raman rescata la historia de un asesino en serie real, que ha sido traslada al Bombay de hoy en día”.
La figura del asesino en serie ha sido de hecho objeto de un intenso análisis a lo largo de su recorrido como autor por parte del propio Palacios, autor del libro Psychokillers, anatomía del asesino en serie (Ediciones Temas de Hoy, 2001). “Hoy”, abunda el coordinador de La noche más freak, “el Psichokiller es un personaje muy querido, pero también del que se ha abusado hasta el extremo, tanto en la tele como en el cine. Por eso hemos entendido que lo más interesante era acudir a una cinematografía distinta, como la hindú. En mi opinión, el resultado conseguido es muy superior al del cine comercial de Hollywood o la televisión. La película es, en muchos sentidos, mucho más violenta y efectiva para evocar el juego del gato y el ratón con el policía, y el propio terror que caracteriza al género”.
La figura del Psycho Killer
¿Hollywood alcanzó el último hito del asesino en serie con Patrick Bateman? Palacios conviene en que “el arquetipo alcanzó sus mayores cumbres en los años 80 y los 90 con American Psycho o Seven. Fredy Kruger o Jason también son clásicos del cine de género. A partir de ahí se empezó a convertir en un personaje demasiado familiar y sobado. Un comparsa casi en las series de televisión. Realmente, para encontrar buenas producciones que aprovechen el carisma del personaje hay que acudir a cines orientales. Como es el caso del título que ahora programamos, o las que encontramos en países como Corea del Sur, por ejemplo, y que ya ha proyectado el festival con anterioridad. Se demuestra que no hay personajes agotados, sino diferentes fórmulas de aproximarse a ellos”.
Terror y sirenas
Sobre la película polaca The Lure, Palacios define como “injusticia” el hecho de que “el cine del Este de Europa no tenga acceso ni a estrenos o ni siquiera al mercado del video o el DVD, cuando en realidad tiene una producción muy potente, especialmente en lo que a mí me ocupa: el cine de terror o fantástico de países como la República Checa, Rumanía… siempre han tenido una inclinación natural para este género. No sólo en los 60 o los 70: estas películas tienen una características propias muy interesantes”. En The Lure, continúa, “hablamos de un musical, algo que ya de por sí, mezclado con el terror o la fantasía, no es muy habitual. Y al mismo tiempo retrata muy bien la Varsovia de la última época soviética, y con mucho humor negro, lo que ha suscitado además mucho interés en los festivales de cine fantástico. Es una buena muestra de que hay un cine de este tipo en Europa del Este que tiene una óptica muy personal”.
¿Un cine ‘consumible’ en la Europa occidental? Palacios no tiene dudas: “¡Es perfectamente ‘consumible’ por el espectador occidental! En el fondo tenemos mucho más que ver con estas películas que con las que llegan de Hollywood, aunque es cierto que la colonización cultural del cine americano también pesa. Pero en el fondo sí creo que podemos entender muy bien esa mezcla de humor negro con romanticismo o crítica social en este cine”.
Terror en blanco y negro
Sobre The Eyes of my Mother, el coordinador de La noche más freak apunta que “esta película también es bastante exótica, porque está rodada en Portugal, en un blanco y negro muy elegante, que juega la baza del intimismo. En otro director esta situación podría devenir en un drama psicológico, pero que aquí se orienta hacia el terror, con muy pocos medios y de forma muy efectiva. Pone de manifiesto que hay otras alternativas para hacer terror, que las habituales que ya conocemos. También se toma más en serio el género”.
El Galdós, escenario Freak
Palacios se confiesa “contento” con el cambio de La noche más freak al escenario del Teatro Pérez Galdós. “Por una parte”, apunta, “prefiero que la noche sea en una sola sala. Por el propio éxito de ediciones anteriores, antes tenía que estar en varias salas en el Monopol, porque la gente no cabía en una, y esta es una solución que entiendo que es positiva”. Por otro lado, admite que “el Galdós tiene un cierto encanto gótico, de gran teatro, que le va muy bien al género. Como el teatro principal en San Sebastián: son lugares con un encanto propio. Y la pantalla además tiene una gran calidad, que es algo muy importante… Podríamos ver al fantasma del Galdós por ejemplo, buscando, a sus víctimas a lo largo de la noche«.
Pioneros en España
Jesús Palacios está ligado al Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria desde sus comienzos. Recuerda incluso que en una de las ediciones se celebraron dos entregas de La noche más freak, “por lo que en realidad llevamos 18 ediciones, una más que el propio festival”. De esta noche golfa en el certamen de la capital grancanaria reivindica su condición de “pionera”. “Me siento total y absolutamente santo y seña de este festival”, recalca, “y La noche más freak es un parte fundamental y casi fundacional del mismo. En los festivales españoles fuimos pioneros: en otros festivales extranjeros celebraban noches de cine golfo, freak, pero nadie lo había hecho en España hasta que empezamos a hacerlo en Las Palmas de Gran Canaria. Ahora las hay en San Sebastián, Valladolid, Gijón… Realmente fuimos los primeros algo elemental para cualquier festival que pretenda transmitir la imagen de cómo está el medio en este momento, que tiene que incluir por fuerza una ventana a este género de terror y fantástico”.
Además, manifiesta que “siempre hemos intentado mantener unas señas de identidad, acorde al espíritu del festival, alternativas al cine comercial de género. Creo que lo hemos conseguido, pero no el festival o yo: lo ha conseguido el público, cuya respuesta ha sido siempre fantástica”.
Espíritu Freak
¿Ha asistido Palacios a la ‘significación’ del Freak en estos años? El programador de la noche de cine golfo en el festival se define “un poco desconfiado en esto: parece que los freaks nos hemos convertido en un verdadero elemento de consumismo, en un potencial de consumidor. Una vez que se nos ha identificado, se nos respeta porque nos venden cosas. Hay que tener cuidado con eso. Por eso en esta programación intentamos buscar las señas de identidad más marginales, más comprometidas, más arriesgadas. Porque a mí, el ‘frikismo’ de Star Wars o la Marvel no me interesan: ahí es muy fácil que te acepten, porque son miles de millones los que nos dejamos en esto”.
Palacios asevera que “no hay un sólo modelo de ser freak: podemos pasar el humor negro bestia al thriller policiaco o al terror físico. Ciencia Ficción, comedia, animación… Lo que me niego es que al freak se le reduzca a un arquetipo, que se caracteriza por ser consumidor. Ahí es donde la noche intenta aportar su granito de arena para que siempre estemos en el extremo, buscando aquello que se margina o se mantiene en esos márgenes de la cultura. Y me alegro de que esto sea así, porque tampoco quiero que eso se convierta en un objeto de uso y abuso de consumo. Es un poco lo que ha pasado con el Psychokiller, que tenía un potencial de asustar, de aterrorizar, y ha pasado a convertirse en un personaje familiar».
Los cortometrajes de La noche más freak
En la presente edición, La noche más freak proyecta los cortometrajes Decorado (Alberto Vázquez, España, 2016), Hileta / Funeral (Kepa Sojo, España, 2017), Juliette (Lora D’Addazio, Bélgica, 2016) y La siesta del ángel (Jimina Sabadú, España, 2017). Palacios señala que, en general, “este año los cortos se caracterizan, primero, porque hemos aumentado el número con uno más, porque la cosecha española este año ha venido muy bien. Hay un corto de animación de Alberto Vázquez absolutamente fantástico: hablamos de un autor que se ha llevado dos Goyas de animación este año. Demuestra que la animación no tiene por qué ser un medio dedicado sólo a niños: de hecho, su obra es bastante poco infantil”.
“Luego”, continúa el responsable de la programación de la velada, “hay dos cortos que se caracterizan por su humor negro: Hileta, de Kepa Sojo, a la que ya hemos tenido en otras ediciones, que este año ha hecho su primer corto en euskera, y que se inspira en la Ordet de [Carl Theodor] Dreyer. Y por último está La siesta del ángel, opera prima de Jimina Sábado, una autora muy conocida en Madrid como integrante de la contracultura, en teatro, fanzines… Pero es la primera vez que se atreve con un corto que creo que es muy interesante”. Juliette, por último “es un corto belga de Lora D’Addazio, que lleva ya varios premios en festivales: una de las grandes promesas europeas del cine de animación. Y la animación creo que es importante que esté en la noche. En este caso, con un estilo muy infantil, pero que al final cuenta una historia muy gore. Y ese es un contraste también muy curioso”.
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