• El crítico y escritor Quim Casas define como todo un hombre del Renacimiento al cineasta estadounidense, al que el certamen dedica este año una amplia retrospectiva: “Lo mejor con Lynch”, aconseja, “es dejarse llevar, no intentar buscar muchos análisis lógicos en su cine”
• Frederick Elmes y Quim Casas, junto con Luis Miranda, dialogarán con el público que haya logrado hacerse con una entrada para el pase de Terciopelo azul mañana, sábado 26, a las 20:00 horas

25.04.24 Posado y rueda de prensa de Frederick Elmes, Quim Casas y el director del festival Luis Miranda. Auditorio Alfredo Kraus. Fotos Tony Hernández
Las Palmas de Gran Canaria, Viernes, 25 de abril de 2025. El Festival de Cine de las Palmas de Gran Canaria, que arranca este viernes 25 de abril, tiene esta edición número 24 una dedicatoria especial a la figura del realizador estadounidense David Lynch. El certamen rinde homenaje al singular cineasta de Missolua (Montana, Estados Unidos) con una amplia retrospectiva y mucho más que un guiño en el cartel oficial: el icónico enlosado blanco y negro de Twin Peaks. Y dentro de este tributo qué mejor manera de acompañar esta programación que con la presencia de uno de sus más estrechos colaboradores, el director de fotografía Frederick Elmes, quien compareció ante los medios de comunicación junto al director del LPA Film Festival, Luis Miranda, en un acto convocado en el Auditorio Alfredo Kraus. Y en compañía de Quim Casas, crítico de cine y autor de un libro fundamental sobre la filmografía de Lynch (David Lynch, Cátedra, 2007).
Los tres han presentado el pase que abre la retrospectiva ante el público, Eraserhead, y dialogarán en una charla que se une al pase de Terciopelo azul mañana, sábado 26, a las 20:00 horas.
Elmes, que desempeñó un papel esencial a la hora de construir una envolvente atmósfera cinematográfica en piezas como Cabeza borradora, Terciopelo azul o Corazón salvaje, destacó la particular visión estética de Lynch y su poderoso enfoque para condicionar el estado de ánimo del espectador. Algo que ha dotado a su cine de un magnetismo innegable para las audiencias. También en la presente edición del Festival, en la que se están agotando las localidades para buena parte de los pases de sus películas.
Frederick Elmes anunció como “todo un honor para mí” su presencia en el Festival. “Es algo maravilloso venir a una nueva ciudad, a un nuevo sitio y a una nueva cultura, precisamente para hablar de lo que me encanta hacer, que es hacer películas”, comentó. «Y poder hablar hoy aquí de David Lynch, de su legado, de sus contribuciones a la historia y a la industria del cine”.
“Las películas de Lynch”, convino, “son muy particulares, tienen un estilo muy especial. No son para todos los públicos, y algunas son más accesibles que otras». En esta línea, observó que El hombre elefante, por ejemplo, “es brillante, por supuesto, pero si se fijan bien tiene una estructura más tradicional. Sin embargo, en otras, esto no es así: en este último grupo están, precisamente, las que hicieron que yo me sintiera atraído hacia él desde el punto de vista artístico».
Elmes conoció a Lynch cuando ambos eran muy jóvenes, en el American Film Institute. “Se creó entre nosotros una conexión inmediata”, rememora, “los dos compartíamos la curiosidad por las imágenes, por convertirlas en algo así como en una pintura en movimiento, con un estilo muy definido y muy especial. Eso fue lo que hizo que nos juntáramos”.
Y lo que, de hecho, extendió su colaboración profesional durante diversas producciones. El director de fotografía compartió algunas anécdotas de su trabajo con el peculiar realizador, que dan cuenta de su personalidad. Como cuando en un rodaje cambió un objeto de lugar y fue apercibido por Lynch, advirtiéndole de que “nosotros no hacemos eso. No cambiamos los objetos: lo tienes que dejar todo como está y te tienes que buscar la vida para que salga lo mejor posible”. O aquella ocasión en la que, mientras daban forma a Cabeza borradora, Elmes solo veía un plano casi negro, y el director le transmitió que «estoy viendo detalles sobre los que todavía incide la luz, lo quiero más oscuro”. “Entonces”, apuntó, “pensé que, si podía apreciar esos matices, ese hombre era un genio”. Desveló también que no pudo formar parte del equipo de rodaje de Twin Peaks, “algo que antes nunca se había visto”, porque precisamente estaba rodando Corazón salvaje.
Elmes explicó que “él lo que quería era que el estado de ánimo del espectador fuera el correcto, luego me dejaba libertad y manga ancha para encontrar la manera de llegar de obtenerlo”. De este modo, “pude desarrollar mi creatividad, siempre y cuando a David Lynch al final le pareciera un buen resultado”. Lo pudo hacer no solo en tres largometrajes, sino también en algunos cortos e incluso anuncios publicitarios, para Calvin Klein o Yves Saint Laurent, por ejemplo.
En cuanto a su larga experiencia profesional, el director de fotografía comentó las dificultades que le supuso pasar a trabajar en 35 mm (“fue un gran salto”), que luego no ha tenido inconvenientes en emplear la tecnología convencional y la digital, alternativamente.
Para Elmes, la dificultad del reto se mantiene, porque “cuando empiezas a rodar partiendo de un guion, ves como la trama poco a poco se va desarrollando y esos personajes que están escritos en papel poco a poco van cobrando vida”. Como un verdadero artista con perspectiva, cree que “eso, hoy en día, no ha cambiado. El mundo sigue siendo redondo al fin y al cabo”.
Antes de la intervención de Elmes, Luis Miranda, director del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, recordó el fallecimiento de Lynch el pasado mes de enero, para confesar que “sabíamos que teníamos que dedicarle un espacio especial, y lo cierto es que esto casi se ha ido apoderando un poco del Festival: Lynch representa algo muy especial para nosotros, por lo menos para los que somos de una determinada generación”.
Miranda apuntó que el realizador norteamericano “nos ha modelado la sensibilidad. Realmente ha cambiado nuestro modo de ver, con una influencia en la cultura mucho más allá de lo que es posible medir. Y, además, ha sido un cineasta formidable”. Esto es, “un maestro de la confección de películas”, de ahí que se congratulase de “la gran fortuna de poder contar con uno de sus colaboradores fundamentales”, en alusión a Frederick Elmes.
Del director de fotografía Miranda hizo notar el peso de una carrera profesional que también le ha llevado a colaborar con directores como John Cassavetes, Jim Jarmusch o Ang Lee. Y De Quim Casas, destacó su papel como crítico y escritor, también de un libro encargado por el Festival años atrás sobre Jarmusch: “Su trabajo”, agregó, “es fundamental para entender en español la filmografía de David Lynch”.
El propio Casas, invitado de excepción en la comparecencia ante los medios, admitió que “si ahora me preguntarais cuáles son mis diez directores de cine preferidos, tres de ellos serían David Lynch, Jim Jarmusch y John Cassavetes. Y Frederick Elmes ha trabajado con los tres, así que, imaginen, para mí es un honor estar aquí junto a él”. En concreto, de Lynch recordó cómo en una entrevista le explicó “de una forma muy clara que las ideas están flotando en el aire, solo es cuestión de que sepamos cogerlas y rentabilizarlas”.
El escritor defiende que en la obra de David Lynch “hay un antes y un después tras Terciopelo Azul, la hizo después del fracaso comercial de Dune, y con ella retomó su pulso como cineasta”. Y, por encima de todo, que “no ha habido nadie en la segunda mitad del siglo XX y hasta hoy que represente tanto y tan bien la idea del artista renacentista” como Lynch. “Porque es que no solo hizo cine”, explicó, “hizo cine, televisión, música… Tenía discos de blues industrial, de pop, de dream pop. Hizo pintura, fotografía”. Además, prosiguió, “creo que es el cineasta para mí que mejor entendió las posibilidades de internet, cuando los demás veían la red como una amenaza. Creó su propia web, donde realizó cantidad de cortos en trabajos experimentales. Y su famoso parte meteorológico”. Y, agregó, “también hizo publicidad, videoclips, instalaciones, diseño de muebles”. Es decir, “tocó prácticamente todos los palos y siempre de una manera muy coherente”.
Del realizador también rememoró Casas cómo contaba que “empezó a hacer cine porque quería dotar de volumen y de sonido a sus pinturas”. Para Casas, no obstante, “lo mejor con Lynch es dejarse llevar, no intentar buscar muchas metáforas o análisis lógicos”. “Así”, se extendió, “podemos entender que en Carretera perdida, de repente, un personaje que está en una cárcel al día siguiente sea otro en la misma celda. O lo que pasa en la cabeza del protagonista de Cabeza borradora. O lo que ocurre en el en el universo de Lumberton, la ciudad de Terciopelo azul. O todo el universo de Twin Peaks”.
Cada uno de estos giros y escenarios están presentes en la sección «Lynch, camina conmigo», que tiene un papel protagonista en la presente edición el Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria. Sus diez largometrajes, seis cortos y cuatro episodios de Twin Peaks que se proyectan en las salas del Cine Yelmo Las Arenas gracias a la colaboración con SkyShowtime, y que ya han demostrado su poder de atracción para el público del certamen, con varios pases agotados.
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