Coré Ruiz firma en su primer largometraje, ‘Voy a desaparecer’, toda una apuesta por la ficción hecha en Canarias con un sello muy personal en la narración del drama con humor

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• La película, que contó con asesoramiento en MECAS durante su etapa de proyecto, supone la cristalización del estilo que el realizador grancanario venía anticipando con sus cortos seleccionados previamente en el Festival

• Raquel Herrera —coguionista junto al director— y Abraham Santacruz protagonizan esta historia de hermanos en una situación límite en la que deben lidiar con el pasado oscuro de su familia y sus consecuencias

Voy a desaparecer tiene programado su primer pase mañana domingo 21 de abril en Cine Yelmo Las Arenas

 

Las Palmas de Gran Canaria, sábado 20 de abril de 2024. Una cajera de supermercado recibe la inesperada visita de su hermano, que sale de la cárcel después de diez años aprovechando un permiso penitenciario. El crimen por el que paga está encriptado en la trama de Voy a desaparecer, el primer largometraje de Coré Ruiz: en su fase de proyecto, el realizador canario recibió asesoramiento por expertos de MECAS (el Mercado del Cine Casi Hecho del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria), y logró el OPEN ECAM, premio concedido por la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid. Con mucho trabajo de por medio, Ruiz estrena ahora una película que da continuidad a todo lo que ha anticipado en sus cortometrajes previos, en cuanto a estilo y un incuestionable sello personal en su concepción del cine como arte visual. Aunque en su caso la historia siempre es importante. Voy a desaparecer, integrado en la sección de largos de Canarias Cinema, se proyecta en sus primeros pases mañana domingo 21 de abril en Cine Yelmo Las Arenas (sala 6, 12:00 y 20:15 horas).

En efecto, Coré Ruiz materializa en su primera obra de gran metraje sus propias maneras narrativas que ha ido consolidando en los cortometrajes Heavy de explicar (2017), Osito (2017), Rivero (2015) o Estoy con Bea (2014), previamente seleccionados por el Festival. Escritor de cine por vocación, el guion de Voy a desaparecer es, claro, hijo suyo, aunque en esta ocasión lo firma junto a Raquel Herrera, “única y maravillosa”, y también la protagonista de la película. Junto a Abraham Santacruz conforman una pareja de hermanos paradójica, si se tiene en cuenta que ambos actores “son hijos únicos”, subraya el cineasta.

Una oscura historia familiar está en el origen de los demonios que se comen a ambos personajes durante la historia que Ruiz comenzó a dar forma “cuando uno cumple 30 años y va reflexionando sobre la propia adolescencia. Empecé a recordar cómo era yo. Sí que tuve una vez un incidente a los 19 años en el que no pasó al final nada, pero sí que pensé qué hubiera sido de mí si por un accidente uno acabara en la cárcel. Es uno de mis miedos, esas desgracias por accidente. Dándole vueltas a eso, junto a Raquel, acabamos escribiendo este guion en un otoño en Fuerteventura, ella trabajando en unas condiciones terribles y yo buscándome la vida en lo que podía. Con toda la ironía que suponía ser canario y estar en un lugar como Corralejo, tan supeditado a la pata del turismo”.

El director isleño confiesa que “ahí estaba también la inspiración de localizar la historia en un entorno turístico, vacacional. Y no es el tema de la película, pero quizá sí que se deja entrever que igual podemos hacer las cosas algo mejor respecto al turismo”.

Ruiz, criado entre el barrio de Escaleritas, en la capital grancanaria, y Marzagán, es “muy consciente de ese fondo irónico que hay en todo lo que hago. Y sí que he hecho cortos muy centrados en el humor. En Voy a desaparecer hago lo que me gusta, que es retorcer los géneros”. “Igual siento”, señala, “que en el cine español falta algo un poco más de humor y sentido del riesgo. Es una percepción personal. A mí me parece muy importante que siempre esté ese poco de humor. Si tu película tiene un mensaje potente no lo va perder por eso. Las cosas son más realistas cuando tienen las dos capas, el drama y el humor. Esa es también nuestra manera de escribir”, en alusión a su asociación creativa con Herrera.

Con ella y con Abraham Santacruz el realizador está “encantadísimo. Pusieron toda la carne en el asador durante el rodaje, y estoy muy contento con ellos. Raquel estuvo madurando este personaje desde 2016, mientras que Abraham se incorporó menos de un año antes del rodaje”. Ruiz manifiesta que «a mí me gusta mucho el cine de actores, con unos personajes tridimensionales. Por eso, en parte, la mayoría de mis cortos pasan de quince minutos. Aquí hemos tenido más de hora y media para desarrollar su papel». Y “sí que trabajamos los tres muchísimo para desglosar el guion. Con dos semanas de ensayos antes del rodaje, para conocernos bien, romper el hielo, que no hubiera muros. Han dado la talla totalmente. Y lo que más trabajamos es que ellos tuvieran escucha, que se implicaran con el otro. Fijando las frases que debían estar muy cerradas y que ellos, en otras cosas, también tuvieran alas para volar un poquito”.

Ese rodaje se prolongó durante cinco semanas. En la zona turística del Sur de Gran Canaria. El objetivo era lograr un producto con identidad propia, tanto en lo narrativo como en lo puramente visual, porque Ruiz se toma “bastante en serio lo estético, lo temático, para que pueda tener un sello personal. No he lanzado ningún corto que no me haya salido de las tripas”.

El cineasta grancanario recuerda como “en 2019 estuve por MECAS, y claro que fue un paso importante. Después hubo que seguir trabajando mucho, pero aquello supuso sobre todo una buena palmada en la espalda. Algo importante porque para mí y para la productora, Silvia Sánchez, era nuestra primera película. Y así cuesta más conseguir financiación. En MECAS tuvimos unas tutorías con Agustina Chiarino, la productora de Las Herederas, y eso estuvo muy bien”.

Voy a desaparecer estará en las salas de cine con distribución de Begin Again Films. Antes pasará por Estados Unidos, concretamente, por Austin, Texas, en el Festival de Cine Las Américas. Además, Ruiz admite que “tenemos también muchas esperanzas puestas en Latinoamérica”.

I’m Gonna Disappear

Un detalle en absoluto menor de la película de Ruiz es su título, que engarza con el tema musical con el que cierra el relato: una canción, I’m Gonna Disappear, de EvilMrSod. Esto es, un músico canario que reside y trabaja en Alemania, y que el cineasta descubrió en un recopilatorio de bandas isleñas bautizado como Lavadora Sónica. El director, también músico multiinstrumentista que después de pasar por varios grupos hoy ejerce como tal en la formación Usted, tomó de ese disco otro tema de Fajardo. “Todo lo que suena aquí son bandas canarias y composiciones propias. Con alguna letra de Raquel y el compositor de la película, Gabriel Vidanauta”, precisa Ruiz. “¿Todas mis películas llevarán el nombre de una canción? No es raro que acabe pasando eso”, reflexiona divertido el realizador grancanario que remarca cómo “mi implicación con la música es muy fuerte”.

Del Festival de la capital grancanaria recuerda “los carteles de la primera edición, la primera vez que fui para ver una película indie, las muchas veces que he pasado por ahí como espectador, y la presentación de mis cortos, desde 2014: siento que esos han sido hitos para mí”. Ruiz comenta que “lo que me gusta hacer es ficción, creo que de forma diferente y con los recursos que tenía era difícil que estuviera en otros festivales. He jugado con desventaja fuera de casa, y en ese sentido el Festival de aquí ha sido muy importante, porque sabía que tenía una oportunidad”. “También”, añade, «todo esto demuestra que el Festival tiene la puerta abierta a otras cosas”.

Voy a desaparecer integra el apartado de largometrajes programado dentro de la sección Canarias Cinema en esta edición número 23 del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, en la que también se proyectan La hojarasca (Macu Machín), Una casa en el pueblo (Domingo J. González) y Un volcán habitado (David Pantaleón / José Víctor Fuentes).

El Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, organizado por el área de Cultura del Ayuntamiento de la capital grancanaria, a través de Promoción de la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, cuenta con ayudas públicas del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), del programa para la internacionalización de la cultura española, PICE Visitantes, de Acción Cultural Española (AC/E), de la Consejería de Universidades, Ciencia e Innovación y Cultura del Gobierno de Canarias y del patrocinio público de Promotur Turismo Islas Canarias.

Entre los aliados destacados del certamen se encuentran Fundación Auditorio Teatro, Cines Yelmo, Centro Comercial Las Arenas y Hotel Cristina by Tigotan, espacios que también funcionan como sedes o acogen actividades de la cita cinematográfica; además de otras instituciones y entidades como Sagulpa, Hospitales San Roque, Jameson, Ikigai, Cientouno Group, el Centro de Cultura Audiovisual de Gran Canaria, Audiovisuales Canarias, Music Library &SFX, Blackout Films e International Bach Festival. Asimismo, su mercado, MECAS, es posible gracias al patrocinio de la Gran Canaria Film Commission-Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria y al apoyo de Canary Islands Film y Proexca.

La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la Universidad del Atlántico Medio, el CIFP Felo Monzón Grau-Bassas, el Instituto del Cine de Canarias, la Escuela Oficial de Idiomas, el Clúster Audiovisual de Canarias, Digital 104, la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA), el Festival Internacional de Cine de Cartagena, el Festival Internacional de Cine de Gijón, el Festival de Cine Independent de Barcelona y Very Good Script son entidades colaboradoras.

 

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