• La cita cinematográfica, que este año rinde tributo a la obra del director estadounidense, confirma la presencia de uno de sus más señalados colaboradores: el artista detrás del universo visual de Cabeza borradora, Terciopelo Azul o Corazón Salvaje
• Elmes, que también ha trabajado con John Cassavetes, Jim Jarmush o Ang Lee, es recibido en el Festival como una figura «que ha estado en el centro del cine independiente norteamericano de los últimos cuarenta años”

© Peter Sorel
Las Palmas de Gran Canaria, lunes 21 de abril de 2025. Atención plena a la cinematografía independiente de Estados Unidos y devoción por cineastas con trazo de autor como David Lynch. Estas han sido dos de las señas de identidad del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, que celebra su edición número 24 entre el 25 de abril y el 4 de mayo. El certamen, uno de los foros de referencia en España para la producción alejada de los grandes circuitos comerciales, contará con la presencia de una figura clave en el desarrollo del cine alternativo americano durante el último medio siglo: el director de fotografía Frederick Elmes, colaborador decisivo en algunas de las películas más destacadas del desaparecido David Lynch, a quien el propio Festival rinde tributo este año con una amplia retrospectiva.
«Contar con la presencia de Frederick Elmes no es traer a un colaborador más entre los muchos que tuvo David Lynch», como hace notar Luis Miranda, director del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria. Elmes fue el director de fotografía de Cabeza borradora, primer largo del Lynch, y de Terciopelo azul, «que es seguramente la película con la que Lynch se inventa a sí mismo y con la que aparece ya plenamente configurado su mundo». Y también firmó la dirección de fotografía de Corazón salvaje, «la obra visualmente más intensa, y en la que quizá Lynch demostró más a fondo esa vocación suya por pintar con la cámara, como él mismo solía declarar».
Elmes, recuerda Miranda, fue la mano derecha de Lynch, «al menos en esos tres títulos fundamentales», en una asociación con influencias recíprocas. Por otra parte, Frederick Elmes «es un artista que ya había colaborado nada menos que con John Cassavetes, por ejemplo», y que a lo largo de su carrera ha podido trabajar con cineastas con sello de autor como Jim Jarmusch o Ang Lee. «En definitiva», subraya el director del festival de la capital grancanaria, «es alguien decisivo e importante en la conformación del estilo visual de las películas: ha estado muy en el centro de lo que ha sido la historia del cine independiente americano de los últimos cuarenta años».
Miranda, ahondando en esa colaboración Lynch-Elmes, expone como resultados destacados de la intervención del director de fotografía «el mundo de pesadilla de Cabeza borradora; el contraste entre lo ingenuo de la América juvenil y lo perverso de la América de vicio y perversión en Terciopelo Azul; y la intensidad, el apasionamiento o el aire sofocante sureño que predominan en Corazón salvaje«. «Sin Frederick», agrega, «todo hubiera sido distinto».
«Por supuesto», puntualiza Miranda, «en una obra como la del Lynch, el estilo visual lo marca sobre todo el propio cineasta, pero para eso necesita a alguien muy hábil y muy sabio para darle concreción. Para poder traducirlo». Así, remarca «es todo un privilegio para el festival poder tener a alguien que ha sido tan importante en la formación de un mundo cinematográfico como el de David Lynch».
Frederick Elmes
El interés de Frederick Elmes (1946, Mountain Lakes, Nueva Jersey, EE.UU.) por la fotografía se inició cuando su padre le regaló su cámara Leica. Al poco tiempo montó su propio cuarto oscuro para tener mayor control sobre las imágenes. Al transformar películas caseras en producciones de ficción, se fue convirtiendo en un ávido director de fotografía, que pronto lograría premios y reconocimientos en su etapa como estudiante.
Elmes estudió fotografía artística en el Instituto Tecnológico de Rochester y en la Casa George Eastman. Guiado por su pasión por el cine, profundizó en su formación en Bellas Artes en la Universidad de Nueva York, donde estudió con Beda Batka, un destacado director de fotografía checo. Batka le inculcó la idea de que la dirección de fotografía se basaba en usar la cámara para contar una historia.
Una beca del American Film Institute de Los Ángeles le llevó a coincidir con el joven David Lynch, con quien va a colaborar en el larguísimo rodaje de Cabeza borradora. Además, tuvo la suerte de conocer y trabajar con el gran icono del cine independiente: John Cassavetes. Estas dos primeras influencias y su gran admiración por el trabajo de Sven Nykvist, director de fotografía de Ingmar Bergman, llevaría a Elmes a embarcarse en largometrajes de ficción, documentales, películas para televisión y publicidad. Su filmografía ocupa un lugar honorífico en la historia del cine contemporáneo.
Además de su participación decisiva en tres obras maestras de Lynch y los mencionados cineastas, ha trabajado junto a Charlie Kaufmann, Todd Solondz o John Turturro, entre otros muchos nombres señalados del cine independiente americano.
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