El primer largometraje de ficción de Kiyé Simon Luang cierra las proyecciones de títulos de la sección oficial del Festival
La película, primera cinta del país asiático que participa en el certamen, se puede ver este viernes a las 19:00 horas en la sala 4 de Cinesa El Muelle y en la plataforma Filmin
Las Palmas de Gran Canaria, viernes 16 de abril de 2021.- El festival de Cine presenta el décimo y último título que compite en la sección oficial, la película Goodbye Mister Wong, de Kiyé Simon Luang, un drama que traslada la extraordinaria belleza del paisaje de Laos y su arquitectura colonial al tiempo que se detiene en el presente del mismo a través de una historia basada en una disputa amorosa grabada en celuloide. Este largometraje personal basado en la salida del director de su tierra natal y su vida en Francia se puede ver este viernes 16 de abril a las 19:00 horas en Cinesa El Muelle y el sábado 17, a las 17:00 horas, además de en la plataforma Filmin.
Desde Laos llega esta película que habla por medio de sus personajes del pasado colonial de país y también de la influencia que China ejerce sobre su economía. France, una joven que trabaja a la orilla del lago Nam Ngum es deseada por dos hombres totalmente opuestos. Su camino se cruzará allí con el de Hugo, un francés llegado al lugar para buscar a su esposa que lo abandonó un año antes.
Enmarcada en la extraordinaria belleza del paisaje del país donde el director sueña siempre con volver, Goodbye Mister Wong es el primer largometraje de ficción de Kiyé Simon Luang y la primera película de Laos que programa el Festival de Cine. La cinta navega entre dos culturas y es un balance de una larga historia que dura cuarenta años para su director. Así lo expuso el cineasta durante un encuentro con la prensa este viernes en el que sostuvo que la película tiene dos vertientes “acompañar mi historia personal en Laos y, al mismo tiempo, relatar la relación del país con su historia”. Kiyé Simon Luang se fue a vivir a Francia en 1976 cuando tenía diez años y este proyecto es el reflejo de una vida inmersa en la cultura francesa, pero sin olvidar sus raíces laosianas.
Durante treinta años el cine paró en Laos. Fue a finales del año 2000 cuando se produjo un renacimiento del cine. Se trata de “un nacimiento, no una revolución porque la historia del cine se construye a través de revoluciones que son las que cambian las cosas”, manifestó Kiyé Simon Luang.
En tal sentido, este reencuentro con el cine, cobra mucha importancia para el cineasta ya que estas tres décadas sin producción “han hecho que se haya perdido la memoria”. A esto hay que añadir que en el país sólo hay dos salas de cine, pocos técnicos y no hay distribuidoras. De ahí, dijo, que ruede su película en celuloide, trabaje con actores amateurs y con un guion “basado en la sencillez”.
A nivel logístico, remarcó, es más fácil solventar los problemas si graba en 16 mm. Como anécdota contó que, al ser el rodaje en un lago, todas las noches la cámara se apagaba y tenían que secarla con un secador de pelo. A estas dificultades técnicas se sumaba que debían esperar dos semanas para ver un visionado ya que tenían que enviarlo a Francia al laboratorio y éste último al productor quien confirmaba después por mail con un “OK”.
En una aventura cinematográfica de esta categoría, aseguró, se trabaja a todos los niveles, tanto de producción como técnico, de escritura y de guion que en el caso de Goodbye Mister Wong da como resultado “un trabajo profundo de género documental”.
Por otro lado, el motivo estético del film es más importante que el técnico y tiene que ver con la sensibilidad del paisaje en Laos, algo que capta mejor el celuloide y refleja esta vuelta a los orígenes porque Laos, recalcó, “debe recuperar su vínculo con la historia del cine”.
Rodada íntegramente en el país del Sudeste de Asia, pese a su exquisita lentitud, Goodbye Mister Wong ofrece una hermosa fotografía que oxigena la mirada del espectador y contrasta con los colores del paisaje haciendo de él un protagonista más.
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